domingo, 24 de agosto de 2008

El vino


El vino a lo largo de su historia ha sido muy bien aceptado por la sociedad en general; se le ha relacionado estrechamente con los reyes, mercaderes y sacerdotes, principalmente.
Se desconoce a ciencia cierta la fecha exacta de la aparición del vino como tal, sin embargo se cree que la parte fundamental del vino: la uva, existió antes que el ser humano.
En las sagradas escrituras se menciona constantemente a la vid, que es vista como una fuente de riqueza y placer.
También se sabe que las primeras huellas de la relación entre el hombre y el vino datan del año 8000 a.c. Diversos historiadores aseguran que la primer borrachera de la historia se dio en el Arca en el Monte Ararat, en donde Noé cultivó vides y elaboró el vino que se bebió.
Así observamos que, de alguna manera, partes importantes y trascendentes de la historia de la humanidad están relacionadas con el vino, el cual, se dice, el hombre bebió antes de que aprendiera a cultivar las uvas.
Históricamente, tanto la cultura griega como la romana han estado muy asociadas con el vino, y es que ambas cultura siempre dieron al vino gran importancia, tanto que adoraban a Baco entre otros Dioses del vino.
Los griegos introdujeron viñas y produjeron vino en sus colonias del sur de Italia y, por su parte, los romanos practicaron más tarde la viticultura en todo su imperio.
El emperador Julio César fue una pieza clave en el desarrollo de la vinicultura europea, ya que era un apasionado del vino, de manera que así como se difundía el territorio del Imperio Romano, se difundía el cultivo de la vid.
Posteriormente, tras la caída de dicho Imperio, la producción de vino disminuyó, y se convirtió en una actividad exclusivamente de los monasterios, ya que cualquiera que fueran las circunstancias, el vino fue siempre necesario para los sacramentos cristianos.
A pesar de que se vio dañada la producción del vino, también a estas fechas ya era conocido en más partes del mundo. Y así, poco a poco se extendió la cultura del vino, misma que llegó a México y a América con los españoles, pues históricamente no existe ningún tipo de producción vínica antes de 1492.
En la Nueva España, el vino fue implementado primero en las misas católicas, además de que lo administraban a los enfermos, pues aseguraban tenía poderes curativos. Así, México, Perú y República Dominicana fueron los tres países en donde los españoles realizaron los primeros intentos de cultivar la vid.

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